El Gobierno autónomo rehabilita diez barrancos de Gran Canaria afectados por el fuego el pasado verano El director general del Medio Natural del Ejecutivo canario, Francisco Martín, visitó hoy las zonas de la isla donde se realizan estos trabajos
El director general del Medio Natural del Gobierno de Canarias, Francisco Martín, acompañado por técnicos de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial y de la empresa pública Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental (Gesplan), ha visitado hoy algunas de las obras de recuperación ambiental que el Ejecutivo canario lleva a cabo en diez barrancos de la zona sur de la isla Gran Canaria afectados por el fuego el pasado verano. Estos trabajos forman parte del conjunto de actuaciones que realiza el Ejecutivo desde agosto de 2007, que contempla, además de labores de rehabilitación y prevención en materia de incendios, la repoblación de las zonas quemadas de la isla con 300.000 pinos canarios (plantación que prevé realizarse entre 2008 y 2009) y la elaboración de un censo y un atlas cartográfico del pinzón azul, especie endémica del Archipiélago canario, actualmente en peligro de extinción.
Francisco Martín comenzó su recorrido en el municipio de Mogán, donde supervisó las labores de limpieza y plantación de especies poco combustibles realizadas en el barranco de Arguineguín, en la zona conocida como El Caidero, y el acondicionamiento de la Pista de Inagua. En este municipio se han realizado también reparaciones en el Aula de la Naturaleza, y la poda y limpieza de árboles quemados o secos en Veneguera. También son destacables las obras del barranco de San Andrés, la zona de mayor pendiente y pedregosidad de las afectadas, donde se han retirado las piedras sueltas y el material quemado para evitar peligros de obstrucción o de avenidas en la época de lluvias posterior al fuego.
En director general del Medio Natural se desplazó posteriormente al municipio de San Bartolomé de Tirajana, y en los barrancos de Tirajana, Ayagaures y Fataga comprobó los trabajos de las cuadrillas, que han eliminado biomasa quemada o seca de palmeras y caña principalmente y retirado escombros y basuras, dejando los cauces y laderas próximas limpias y acondicionadas. Para evitar la proliferación de especies invasoras en estas zonas además se han plantado tarajales (Tamarix canariensis), almácigos (Pistacia atlantica) e higueras (Ficus carica), que compiten con ellas por el suelo y los nutrientes. En el caso de Fataga, tras la retirada de biomasa se sorribó la gran capa de ceniza en el lecho del cauce para evitar la contaminación de las aguas de la Presa en caso de lluvias.
Tras su visita, Francisco Martín aclaró que, en función de la afección sufrida, se han establecido tres zonas en cada isla para la localización de las cuadrillas y la realización de los trabajos. "En los casos de superficie arbolada, explicó, en Gran Canaria y Tenerife ha sido en su mayor parte pinar el bosque afectado, y en este ecosistema el pino canario se recupera de forma natural, por lo que los trabajos más importantes son los de limpieza de la biomasa arbustiva quemada y de aquellos pinos caídos para hacer con los mismos fajinadas o bien para su trituración y enterrado posterior". No obstante, manifestó que "sí se están haciendo repoblaciones en aquellos lugares donde el pino canario ha sido dañado en profundidad" y recordó que este año está previsto repoblar con 150.000 árboles las zonas quemadas de Gran Canaria, operación que se repetiría en 2009.
Las superficies no arboladas constituyen la segunda zona de actuación, ya que éstas coinciden con áreas de barranco donde existe un predominio de la caña. A este respecto Martín aclaró que "en este caso todos los ejemplares arden y deben ser retirados y triturados para enterrar en el propio cauce de barranco, cuando no es dado a agricultores y otros vecinos interesados por sus cualidades fertilizantes de las tierras agrícolas". Estas labores se completan con la retirada de rodales de caña que no han ardido para evitar nuevos incendios, especialmente cuando se trata de zonas cercanas a poblaciones rurales. Estos asentamientos, ya sea agrícolas o ganaderos, conforman una tercera área, que corresponde a terrenos no forestales fundamentalmente. En estos lugares, cuando es requerida la actuación del Gobierno, se realiza la poda, apeo y desbrozado de frutales, retirada de aperos o maquinaria incendiada además de turismos o plásticos procedentes de sistemas de riego dañados.
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